Perfil de lípidos

22 marzo 2019

El perfil de lípidos es una prueba de laboratorio en la que se realiza una medición del nivel total de triglicéridos y de los distintos tipos de colesterol que circulan en la sangre.

Closeup of blood tube test

¿Qué es el perfil de lípidos? ¿Para qué sirve realizarlo?

El perfil de lípidos es una prueba de laboratorio en la que se realiza una medición del nivel total de triglicéridos y de los distintos tipos de colesterol que circulan en la sangre. Esto con el objetivo de confirmar o descartar la existencia de dislipidemia (elevación de los niveles sanguíneos de lípidos potencialmente dañinos), ya sea por triglicéridos elevados (hipertrigliceridemia), por colesterol elevado (hipercolesterolemia) o por ambos.

 

Todas las personas tienen ciertos niveles de lípidos (partículas especiales de grasa necesarias para el organismo, incluyendo colesterol y triglicéridos) circulantes en la sangre. La elevación de estos en niveles excesivos o por mucho tiempo, sin embargo, puede resultar en el desarrollo de enfermedades importantes como hipertensión, infarto cardiaco, derrames cerebrales, fallo renal, fallo cardiaco y pancreatitis. Usualmente, la existencia de hiperlipidemia no suele producir síntomas hasta que se desarrollan complicaciones, por lo que es recomendable el evaluar sus niveles en ciertos casos y cada cierto tiempo.

 

Esto es principalmente cierto en personas con enfermedades como diabetes, hipertensión u obesidad, personas que han sufrido infartos o derrames cerebrales previos, personas con historia de consumo excesivo de alcohol, personas con pancreatitis, personas con VIH y personas con familiares que sufran o hayan sufrido de colesterol o triglicéridos elevados (especialmente si esa elevación inició desde su juventud).

 

La realización de un perfil de lípidos forma parte esencial de una evaluación completa de la salud del sistema cardiovascular (o sea, del corazón y los vasos sanguíneos), por lo que se recomienda que sea realizado periódicamente, por lo menos 1 vez al año, en pacientes mayores de 50 años o con alguna condición que haga más probable el desarrollo de hiperlipidemia.

 

 

¿Qué es lo que se evalúa al realizar un perfil de lípidos?

En el perfil de lípidos se evalúan los niveles sanguíneos de las siguientes sustancias:

Colesterol: Es un tipo de molécula de grasa de apariencia viscosa y consistencia sólida a temperatura ambiente. Esta forma parte esencial de la membrana de las células de todo el cuerpo y es utilizada por las mismas células con otros objetivos, como ayudar en la producción de hormonas y otras moléculas.

La mayor parte de colesterol en el cuerpo es producido naturalmente por las células del hígado, mientras que una menor proporción proviene de los alimentos que ingerimos, tales como huevos, carnes, quesos, leche y otros productos animales, así como en productos vegetales como la margarina y algunos tipos de aceite.

Dependiendo de cómo se encuentren compuestas las partículas que transportan las moléculas de colesterol, este puede ser clasificado como Colesterol de Alta Densidad (también llamado HDL o “colesterol bueno”, por sus efectos positivos sobre la salud cardiovascular) y Colesteroles de Baja Densidad (también llamados LDL y VLDL o “colesteroles malos”, por sus posibles efectos negativos en la salud cardiovascular).
En un perfil de lípidos, los niveles de colesterol en la sangre son indicados por el Colesterol Total, el cual es la suma de los niveles de colesterol de alta densidad y ambos colesteroles de baja densidad.

 

Colesteroles de Alta Densidad: También llamado Lipoproteínas de alta densidad, HDL o “colesterol bueno”, estas son partículas formadas por proteínas producidas en el organismo y por el colesterol encontrado en los vasos sanguíneos y órganos distintos al hígado e intestino. Estos tienen la función de transportar el colesterol acumulado en los vasos sanguíneos y otros órganos hacia el hígado, permitiendo que sea eliminado o convertido en otras sustancias.

 

Como consecuencia, el HDL disminuye el riesgo de desarrollo de enfermedades del sistema cardiovascular, incluyendo infartos, derrames cerebrales e hipertensión. Los niveles de HDL suelen ser más bajos en personas con dietas elevadas en grasas y carnes rojas, con un estilo de vida sedentario (o sea personas que realizan poca actividad física todos los días), en hombres, en mujeres después de la menopausia (debido a la disminución natural de las hormonas femeninas), en personas con diabetes mellitus, en algunas personas con enfermedad renal y, en raras ocasiones, en personas con dificultad para formar estas moléculas debido a enfermedades genéticas.

 

 

Colesteroles de baja densidad: Estos corresponden a dos tipos de partículas llamadas LDL, o lipoproteínas de baja densidad, y VLDL, o lipoproteínas de muy baja densidad. En conjunto, ambos son conocidos por algunas personas como “colesterol malo”. Estas se forman en el hígado a partir del colesterol obtenido en la dieta y colesterol formado por las células del hígado, en adición a proteínas especiales que permiten que el colesterol sea transportado en la sangre. Estas tienen la función de transportar el colesterol desde el hígado hacia otros órganos a excepción del intestino, por lo que cumplen funciones de extrema importancia, al proporcionar colesterol a las células para formar y reparar sus membranas y para producir distintas hormonas y moléculas.

 

En caso se encuentren elevadas en niveles significativos o por un tiempo prolongado, sin embargo, las lipoproteínas de baja densidad en la sangre suelen acumularse en los vasos sanguíneos, por lo que aumentan el riesgo de desarrollo de hipertensión, infarto, insuficiencia arterial, derrame cerebral, fallo cardiaco y fallo renal. Los niveles de VLDL y LDL suelen encontrarse elevados en personas con obesidad, dietas altas en grasas, hipotiroidismo, diabetes, fallo renal, VIH y, en ocasiones, personas con distintas enfermedades genéticas.

 

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Triglicéridos

Los triglicéridos son moléculas formadas por tres unidades diferentes de ácidos grasos, por lo que tienen la función principal de proporcionar energía (al ser descompuestos por las células) y calor (al ser acumulados dentro del tejido graso normal) al organismo. Cuando estos son absorbidos por el intestino, son transportados hacia el hígado junto con el colesterol obtenido en los alimentos. Una vez en el hígado, estos son transportados junto con el colesterol hacia otros órganos, donde son almacenados o utilizados. Las células del hígado, de igual manera, pueden producir triglicéridos a partir de ácidos grasos, carbohidratos y proteínas. Debido a ello, los niveles de triglicéridos suelen encontrarse elevados en personas con sobrepeso u obesidad, personas con dietas con grandes cantidades de grasas y carbohidratos, personas con un estilo de vida sedentario, personas con diabetes mellitus, personas con pancreatitis, personas con hipotiroidismo, personas con fallo renal y, en raras ocasiones, personas con dificultad para procesar estas moléculas debido a anomalías genéticas

 

La existencia por un tiempo prolongado de niveles de triglicéridos elevados puede resultar en complicaciones como enfermedades cardiovasculares (infarto, hipertensión, derrames cerebrales) y, en casos severos, pancreatitis y erupciones amarillentas en piel y ojos. A largo plazo, los niveles constantemente elevados de triglicéridos en pacientes sin tratamiento pueden producir demencia y alteraciones en memoria y en el estado de ánimo, además de los problemas anteriormente mencionados.

 

¿Cómo se realiza el examen y cómo debo prepararme antes de hacerlo?

 

Esta prueba debe ser realizada luego de 10-12 horas de ayuno completo, por lo que es necesario que la persona evite ingerir alimentos o bebidas durante ese tiempo en caso desee realizar el examen o su médico se lo haya recomendado. Se recomienda, de igual manera, que la persona evite ingerir alimentos en grandes cantidades o con cantidades elevadas de grasa en la última comida antes de realizar el examen.

 

Para realizar esta prueba, es necesaria la extracción de una muestra de sangre obtenida de una vena. Una vez obtenida la muestra, esta es sellada y llevada al laboratorio, donde se realizan distintos procesos para prepararla y, luego de ello analizarla. Los resultados de laboratorio, luego de ello, son entregados a la persona o a su médico, quien interpretará los resultados y, en caso lo considere necesario, le indicará realizar otros exámenes e iniciar tratamiento por medicamentos especiales apropiados. Los resultados de esta prueba suelen ser entregados en las primeras 24 horas luego de obtener la muestra o, en caso el conocerlos sea considerado una emergencia, serán entregados al médico en un periodo más corto.

 

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