El cuerpo humano funciona como una máquina muy compleja. La fiebre es una respuesta universal ante las infecciones.
El cuerpo mantiene una temperatura constante mediante un centro, llamado termorregulador, localizado en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Cuando ese centro, por diferentes causas, establece una temperatura más elevada, se produce la fiebre.
Habitualmente la temperatura es algo más baja a primera hora del día, en torno a las 6 de la mañana, y alcanza su máximo entre las 4 y las 6 de la tarde. A esas horas, temperaturas de hasta 37,7 grados pueden ser perfectamente normales. Con más de cuarenta grados ya se habla de fiebre alta y es recomendable acudir al médico.
En una fiebre común, además de la elevación de la temperatura por encima de 37,5ºC, es normal que aparezcan síntomas como:
- Sensación de calor.
- Sudoración fría.
- Escalafríos a lo largo del día.
- Dolor de cabeza.
- Falta de energía.
Es importante atender la evolución de la fiebre y actuar con cautela al reprimirla. Tratar de luchar contra los síntomas significa oponerse a las defensas implementadas de forma espontánea por el cuerpo.
Además de combatir los agentes que provocan la enfermedad, la fiebre aumenta el ritmo cardíaco y la circulación de la sangre. Con este proceso nos aseguramos de que las defensas llegarán más rápidamente, desde el lugar donde se producen, hasta el lugar donde está la infección.
Aunque la fiebre y escalofríos desaparecen momentáneamente con el uso de fármacos, el tratamiento definitivo será siempre el tratamiento de la enfermedad que la causa. Cuando la enfermedad desaparezca, la fiebre también lo hará.
Generalmente, los casos de fiebre leve se resuelven en el hogar. Los remedios caseros para bajar la fiebre consisten en colocar paños fríos en la frente y darse baños de inmersión con agua fresca. Si los síntomas persisten, se sugiere consultar al médico.
Hay personas naturalmente propensas a infecciones y enfermedades que frecuentemente padecen de fiebre y escalofríos. Los suplementos alimenticios pueden fortalecer su organismo, de manera que si reforzamos el sistema inmunológico y aumentamos las defensas, existe menor posibilidad de caer enfermo.
Si la aparición de fiebre y escalofríos es muy frecuente aún en caso de que se lleve un estilo de vida saludable, el consejo es consultar al médico.
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